Existen muchas causas por las cuales las baterías se inflan, pero una de las más frecuentes es una fuerte sobrecarga que genera calentamiento de las rejillas. Al calentarse estas, todo el conjunto de placas se curva y deforma, lo que, a su vez, produce una deformación de la caja. Además, se genera mucha gasificación que no puede ser liberada por los tapones.
La temperatura puede afectar el desempeño de una batería debido a las siguientes causas:
Las temperaturas extremas aceleran la corrosión de las rejillas y la degradación de los materiales activos.
A bajas temperaturas, la capacidad de entregar corrientes de arranque importantes disminuye y esto se evidencia porque al motor le cuesta más arrancar. Cuando una batería ya esté sobre el final de su vida útil, la falla se hará evidente cuando las temperaturas sean bajas (por debajo de 5-10ºC).
Temperatura-y-funcionamiento Se denomina ciclo de una batería a la sucesión de una descarga seguida de su posterior recarga hasta recuperar completamente la energía extraída. Las normas IEEE, DIN, BS, JIS, IEC, también definen la duración de ciclos batería de plomo-acido. Por ejemplo, en la norma IEC 60896, el período de descarga es de 3 horas, mientras que el de carga dura 21 horas. Es decir, la norma permite realizar un ciclo completo por día. normalizados para probar una
Se denomina profundidad de una descarga a la relación entre la capacidad descargada y la capacidad nominal de la batería. Cuanto mayor la profundidad de la descarga, menor será la cantidad de ciclos que la batería nos podrá entregar. Por ejemplo, si una batería de tipo monoblock para aplicaciones estacionarias entrega 180 ciclos con una profundidad de descarga de 80%, reduciendo las descargas a un 30%, la misma batería entregará más de 1000 ciclos.
El sistema Start/Stop fue desarrollado para acabar con todas esas situaciones en las que permaneces parado con el motor en marcha, o sea, como para recorrer ciudades donde hay mucho congestionamiento vehicular, pensado en la eficiencia de combustible y también la disminución de las emisiones de CO2, aportando a evitar el daño del medio ambiente.
Las baterías EFB se han introducido como una opción de menor nivel a las baterías AGM en términos de rendimiento y durabilidad. La tecnología EFB se basa en las mejoras de la tecnología de electrolito líquido existente, a través de la introducción de aditivos de carbono en el proceso de fabricación de la placa. Las baterías AGM se benefician de ciertas prestaciones de diseño únicas que no se encuentran en las baterías de electrolito líquido, como: los separadores de fibra de vidrio, la tecnología de tapa recombinante y mayores presiones del paquete que facilitan la mejora del ciclo de vida útil. Las baterías AGM son más adecuadas para satisfacer las demandas de los vehículos con altas especificaciones que cuentan con una o más de las siguientes tecnologías: start-stop, freno regenerativo (sistemas híbridos) y propulsión pasiva.
Las baterías de ciclo profundo guardan energía de modo que las fuentes de la corriente eléctrica las recarguen por medio de los alternadores, paneles solares, molinos de viento, etc. Utilizan una tecnología AGM de almacenamiento.
La diferencia fundamental entre estas baterías y las de ciclo corto como las de un automotor, radica en el uso que uno hace de ellas.
La sulfatación es una parte normal del funcionamiento de una batería y tiene lugar cuando la batería está descargada. Cuando se recarga la batería, la sulfatación (sulfato de plomo) se vuelve a transformar en material activo.
Si se deja descargada la batería durante un tiempo, esta sulfatación se transforma lentamente hasta que no puede volver a transformarse en material activo, y así, después de la carga, la batería no podrá volver a ofrecer su rendimiento original. Si la sulfatación es lo suficientemente grave, el coche no arrancará. Este es el problema que normalmente recibe el nombre de sulfatación.